HE OBSERVADO


"He observado la luna con complicidad creyendo fielmente que un día revoloteará entre mis manos y pueda abrazarla con una sola promesa: que me alumbre siempre. 

Al mismo tiempo he observado un sol que apenas se asoma, un sol que velozmente desaparece la noche, que ata las horas del día y las corta violentamente. 

Y el río, que entumece sus delicadas aguas dulces, escondiendo en su profundidad su más honda herida. 

Y el mar de ensueño, el violento mar salado, dueño y señor de mil historias y noches opacas, de noches claras y estrellas fijas, levantando enormes olas de soledad, volviendo una y otra vez a sí mismo. 

He observado sin tregua las verdes hojas de la primavera; los jugosos frutos a punto de caer; pero nada se compara a la seguridad y calidez que me brinda, el reflejo de tus ojos sobre los míos."

(Texto 2015)


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“Por el amor a la escritura 

se fragmentan sentimientos, 
se aborrece el poco entendimiento

pero se pide sin tregua, 
volver a la morada, 
al refugio del vivir."


ALEJANDRÍA


Alejandra Pizarnik es considerada la última poeta maldita, la poeta suicida, la última surrealista, la poeta icónica que quedó flotando en el tiempo y hoy  29 de abril, recordamos sus 84 años de nacimiento.

En mi vida hay un antes y después del descubrimiento de su escritura. Un descubrir de a poco como el lenguaje se asoma y se abre en cada una de sus palabras, se muestra con verdad, con locura, con un apasionamiento asfixiante ante la vida y la muerte.

Ella ama con la fuerza de la que espera, ama con ilusión, ama entre amores prohibidos y correspondidos, ella hace de toda su escritura un fuego intenso, constante. El primer poema suyo que leí fue a mis diecisiete años, quedé maravillada con la vitalidad y fuerza con la que devoró mi mirada y estremeció mis emociones; ella realmente vivió para la poesía, para hacerla, compartirla y permanecer en ella.

En el año 2016 visité su tumba en Buenos Aires, a muchos les parece extraño que me haya tomado una foto junto a su tumba; particularmente me gusta tratar a la muerte y a la vida sin ninguna diferencia, ambas son reales, existen y no pretendo más que compartir mi profundo agradecimiento y admiración a mi poetisa favorita, la que me enseñó la precisión de las palabras, a vibrar junto a ellas y sobre todo a amarlas.

“La poesía no es un grato esparcimiento. La poesía es un aullido que hicieron, que hacen, los seres por la noche. Alejandra, teje tus ideas a la luz de la tristeza. Piensa en la carencia, en la mía, en la tuya, en la suya. Piensa, piensa en la carencia. Curioso es vivir. Raro es vivir. Asombro es vivir. ¿Y por qué vivir?” – Alejandra Pizarnik.


ESCRITOS DEL AÑO 2006

"Entonces, decidí alejarme de las miradas y de sus falsas promesas. Emprendí un viaje de verdades y lo disfruté, lo único verdadero y en lo que mí brilla es una hoja en blanco, es un hacer y rehacer, es nada y lo es todo para mí. Escribo para amarme, no me abandono cuando en mis venas circula tinta."

"Mi idea del amor son ojos deslizándose en el lugar que siempre me dolió. En mi imposibilidad de escribir sin tregua, aun sin sentido, son ojos contemplándome, aun cuando mi cuerpo vuelva a ser polvo. !Detente! Es mi amor absoluto reposando sobre tus ojos."

"Era un océano, era una constelación, era todo lo que me sucedía y no podía entender. He aquí mi manera de escribir, no puedo nombrarme."

"Escribir es el único lugar en dónde los sucesos gritan no haber sido nunca."

LA IRREFENABLE TENTACIÓN DE LO PROHIBIDO



Mi presencia es una sombra que se arrastra como el hilo de un riachuelo, porque dos criaturas están amándose en la oscuridad de lo prohibido.

Cada palabra en aquel pequeño mundo esquiva mi existencia, dos criaturas pensantes no son conscientes que cuando llegue el dolor habrá sitio para tres.
A veces su llanto me lleva a otras estaciones, a veces el amado sitio de sus brazos sostiene mi negación.


Aceptar su mentira es guardar mis propias cartas bajo la manga, también guardo un amor prohibido. Sus ojos vivientes me miran, me abren, me recuerdan que nuestra unión está alimentada con perfección.

VÉRTIGO


Mañana el sol apagará la noche, las hojas caerán de los árboles sin danzar dulcemente frente a mis ojos. Siento el vacío, en el fondo un estremecimiento mudo. 

Pero escucho vivencias, amores asfixiantes, vasos llenos de alcohol, noches con los ojos despiertos, angustias frente al futuro, una mano que espera, un deseo que no cesa, como si yo hubiera padecido cada encuentro por ser una fiel oyente… estoy pagando el precio, he vivido sin sentir, he maldecido y conjurado nombres cuyo fuego no arden en mis venas. Y con una sonrisa perfecta he dicho respuestas fascinantes, he podido describir sentimientos.

Analizar es una condena imperdonable puesto que sé… sé lo que necesito, sé lo que me comprime en el fondo de la nada, lo que podría salvarme de cualquier padecimiento.

"Si escribes has de pagar un precio muy alto" - puesto que las palabras es este vaivén inconsciente, que ocurre mientras introduzco brutalmente mis dedos sobre el teclado, es el encuentro preciso con la soledad.

Puedo pasarme ocho horas frente al ordenador y personalmente, escribir sin sentido. Pero llega un punto de culminación y no relees por miedo; porque sientes que una mano tapa tus ojos, no quieres leer verdades, no quieres un encuentro con tu subconsciente.

Pero está lo otro, un deseo nato de querer buscar una madre, un punto de partida; un decir, he llegado y no he encontrado. Lo cual es totalmente falso, las palabras son ásperas, son profundas, siempre tienen dos caras. Y no creas todo lo que lees, no supongas todo lo que escribo, ya que puede ser otro, un sentimiento o una simple ilusión de un autor tratando de captar tu atención. Y te pregunto ¿lo he conseguido?

SOBRE UN POEMA






"Colores intensos se abren en la oscuridad de un poema,
!Tan bello! Y escaso de finalidad,
!Tan bello! Y carente de visibilidad.

He aquí el lugar sobre la Tierra,
donde las palabras se guardan,
donde las palabras se arrullan,
que ninguna se escape,
yo escribo."

CARICIAS




"Cada pedazo de inocencia se lo obsequio a los pasos de la hora,
a las manijas de algún reloj,
a estos falanges obsesivos,
porque las manos son las moradas del amor
la casa de las caricias
Son esta voz triste que narra de penas,
de ilusiones
de desencuentros 
y que se apaga rítimicamente 
sin los elogios de la razón."