Aunque amé el hecho de que su mirada haya permanecido tanto tiempo envuelta en mi escritura, supe que al apartarla; le fue imposible pensar en mí y escarbar en sus pensamientos, si algo de lo que escribí en mis libros, me pertenecía. Trató de atar cabos, recordar nuestras conversaciones y atribuir que mis pensamientos y creencias estaban camufladas en algún protagonista. Cuando me lo preguntó, fue como si mi corazón hubiera sido capaz de hacer un ruido fuerte, romperse, para luego caer al pavimento. Me quedé envuelta en pánico y reflexionando que quizás está mal que escriba drama, que seguro piensa que soy una mujer problemática o que simplemente, no fue capaz de captar la esencia de mi escritura y no haya mayor problema. Aunque muchas veces me formularon aquella pregunta; fue específicamente su duda la que me impactó y simplemente caí en cuenta, que realmente él no me conocía o quizás, era la primera vez que se topaba con un escritor. Solamente atiné a decirle: “No me juzgues, no soy yo.”
ESCRIBIR
Aunque amé el hecho de que su mirada haya permanecido tanto tiempo envuelta en mi escritura, supe que al apartarla; le fue imposible pensar en mí y escarbar en sus pensamientos, si algo de lo que escribí en mis libros, me pertenecía. Trató de atar cabos, recordar nuestras conversaciones y atribuir que mis pensamientos y creencias estaban camufladas en algún protagonista. Cuando me lo preguntó, fue como si mi corazón hubiera sido capaz de hacer un ruido fuerte, romperse, para luego caer al pavimento. Me quedé envuelta en pánico y reflexionando que quizás está mal que escriba drama, que seguro piensa que soy una mujer problemática o que simplemente, no fue capaz de captar la esencia de mi escritura y no haya mayor problema. Aunque muchas veces me formularon aquella pregunta; fue específicamente su duda la que me impactó y simplemente caí en cuenta, que realmente él no me conocía o quizás, era la primera vez que se topaba con un escritor. Solamente atiné a decirle: “No me juzgues, no soy yo.”
PERIÓDICO EL CORREO - 2023
¿Cómo fue la experiencia escribiendo Rebecca? Fue de muchísimo aprendizaje, comprendí que para escribir es necesario colocarse en un lugar seguro, que la templanza es necesaria para no involucrarse emocionalmente con la historia y para no juzgar las acciones de ningún protagonista; siendo fiel a la historia y al mensaje. Por otro lado, me topé nuevamente con la fuerza y poder de las palabras; uno de los capítulos que me ocasionó un nudo en la garganta; fue narrar la pérdida de una hija a través de la muerte; tuve que regresar una y otra vez a los ojos llorosos de la protagonista y entendí lo afortunada que fui, al poder estar tan cerca de su dolor y sobre todo de su gran fortaleza.
¿Te inspiras en historias de Camaná para construir tus relatos? No me inspiro en sus historias, pero sí en sus paisajes, por ejemplo, en el primer capítulo de Rebecca titulado “Profundidades” usé como metáfora el mar, en la que dos mujeres se encuentran hundidas en las profundidades y después de batallar contra la corriente y ser arrastrada una y otra vez, vuelve a formarse al igual que las olas para llegar a salvo a la orilla, mientras que Lorena, la observa preguntándose si ella también sería capaz de realizar semejante acto lleno de fuerza y libertad.
¿Cuáles son tus próximos proyectos literarios? Siempre escribo motivada por las historias de otras personas, me gusta escuchar y ser empática, siento que al final las historias o los protagonistas me encuentran; por eso me gusta pensar que volveré a publicar cuando la vida me presente a un nuevo protagonista, alguien que quiera plasmar su historia y llevar en él un mensaje que valga la pena escribir y, sobre todo, compartir. En definitiva, me cuesta pensar en qué escribiré, simplemente llega el momento.
LORENA

Fragmento de "Rebecca":
Las historias que ya no nos pertenecen hay que contarlas con rapidez. Pero ella insistía en decirme que jamás había conocido a un hombre que le brindara tanto amor, que era detallista, que la llenaba de besos y la llamaba a todas horas. Me quedé pensando: ¿Y qué sucede cuando no le contestas? A lo que respondió: Sus palabras son agresivas, me denigra. Es que es inseguro, argumentaba. Nuevamente, nos abordó el silencio y dime algo: ¿Mereces eso?… Lorena era una puerta cerrada, ella era muy inteligente, pero llegó a depender emocionalmente de quien nunca debió conocer. La escuchaba tan enferma, que sentía que, si le decía que un día iba a llegar a matarla, lo tomaría como una muestra de pasión.