MIRADAS

En la casa del poema, los ojos se encienden como un fulgor, arden como un fuego, todo es un interior si existen sus ojos. 
Todo prueba que su mirada, es la morada fuera del poema, un místico silencio de gracia, un no saber nombrar la filtración nocturna de la noche, porque ni una sola palabra, ni un humano gesto, es capaz de dejarte tan desorientado como la correspondencia de sus ojos.
No lo sé, pero aunque grandes barrotes oxidados aten las ideas, un minúsculo parpadeo puede dejarte exactamente al filo de la orilla o varado entre grandes peñascos de nostalgia.

- Fotografía: Google- Tumblr.

No hay comentarios:

Publicar un comentario