PRIVILEGIADOS

Estuve caminando por las calles, el sol caía a punto de morir, los débiles rayos traspasaban mis ojos; observé los grandes árboles de la avenida; arranqué unas cuantas flores, las más hermosas y las hice mías. 


Las personas parecen saber a dónde se dirigen, caminan enérgicamente, no piden permiso, un par de veces mis hombros fueron rozados con cierta intolerancia, no sostienen la mirada.

Entonces me ausenté, me quedé estancada en mis pensamientos, que por más que trato de recordarlos no sabría describirlos, es una especie de desconexión innecesaria y al volver; me abordó una sonrisa complaciente, pensé que así ha de ser la locura, caer permanentemente en ese estado, un salirse de la realidad y pasear por el espacio mudo.¿Soy capaz de experimentarla? Siendo o no así, puedo extraer todo mi ser y sustraer dulcemente todos mis conocimientos. Sin pensar en otros, basta saberme yo.

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