Si pudiera correr con
ellos,
correría hacia la esperanza.
Donde el alma es un jolgorio
y el cuerpo maravillosamente tacto.
Donde somos sangre en
la tierra de todos,
donde somos inquebrantables y no nos detienen.
Donde tenemos sueños y una vida por
delante,
risas y llantos que nos hacen humanos,
y una libertad plena, que tanto anhelamos.
Pero aquí, se toma la vida con fuego,
las manos se tiñen de odio y los corazones son ciegos.
Imagen: Internet.
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